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La Vía Verde de Torrevieja ejecutada sobre el ferrocarril salinero de la línea Albatera-Torrevieja vio la luz gracias a una fórmula de cooperación entre el sector público y privado. Las obras fueron financiadas conjuntamente por la empresa Iberdrola y por la Consellería de Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana permitiendo la eliminación de la línea de alta tensión que cruzaba la laguna salinera a la vez que se realizó la construcción de la vía verde. En definitiva, una inversión en servicio público con doble finalidad.
El restaurado complejo ferroviario, punto de inicio de la ruta, está compuesto por la antigua estación de Torrevieja (integrada en un recinto ajardinado con pinos, palmeras, una fuente, bancos y un refrescante quiosco) donde el edificio de viajeros se ha rehabilitado como Centro de Conferencias y Sala de Exposiciones , y las tres naves albergan ahora el Museo de las Habaneras , y por último, el almacén de carga se ha acondicionado como Centro de Interpretación de la Industria Salinera “ La Laguna Rosa ”.
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Km 0
La Vía Verde arranca en el costado izquierdo del centro de interpretación. Con una fisonomía muy reconocible por sus dos firmes, uno de asfalto para bicicletas y otro a modo de acera adoquinada en colores para los peatones, la vía verde inicia su llano discurrir en paralelo a la avenida de la Estación , dejando a la izquierda las antiguas cocheras de locomotoras ahora en uso por una asociación de fines asistenciales. Luego, pasa bajo la circunvalación de la carretera N-322 y se encuentra con una ventana abierta a las muchas montañas blancas de sal, las cintas transportadoras y demás instalaciones de la industria salinera.
Tras estas vistas, la vía se convierte en una larga recta con varios cruces a nivel (¡ojo!: hay que cruzar con cuidado) acotada a ambos lados por viviendas adosadas y chalets rodeadas por coloridos jardines. Tramo de carácter urbano, esencia misma de esta vacacional Torrevieja que se extiende, por obra y gracia de la segunda residencia, hacia el interior una vez colmada la primera línea de playa. Un crecimiento que, por su generosidad, ha encontrado en la Vía Verde de Torrevieja un desahogo a tanto coche.
Km. 3,4
En el sexto cruce a nivel (km 3,4), el último y más peligroso, acontecen jugosos cambios: la rectitud se torna en curvatura, el doble carril para peatones y ciclistas da paso a un solo camino con el firme tierra compactada con algo de gravilla y, lo más importante, la vía verde deja atrás la urbanidad en pos de adentrarse en un cañaveral. Barrera natural que impide en algunos puntos ver la laguna de Torrevieja, este cañaveral puebla las márgenes de la laguna rosada y, además de constituir las únicas pinceladas verdes perennes en esta ruta, es un socorrido refugio para una multitud de aves: cigüeñuelas, tarros blancos, aguiluchos cenizos, avocetas, chorlitejos patinegros, charranes, charrancitos y alcaravanes que confieren a las lagunas de Torrevieja y La Mata un importante interés ecológico. Más aún si cabe, teniendo en cuenta la presión antrópica y urbanística del litoral.
Al final de ese cañaveral se ha instalado un área de descanso (km. 4,2) dotada con bancos, mesas y aparcabicis. Desde aquí se aprecian, por primera vez, las calmas aguas y la inmensidad de las salinas tintadas de rosa. Superada el área de descanso (frente a ella está el Centro Ecuestre Internacional) y la curva de marcado sabor ferroviario, la vía verde se vuelve a enderezar para perfilar la orilla de la laguna, cuyo perímetro se encuentra cerrado al paso por una malla metálica. Sin embargo, en el kilómetro 5 una puerta peatonal permite acceder a los márgenes de la laguna y pisar el blanco suelo salitroso. En tal paisaje lunar, uno no puede más que alabar a los paupérrimos matorrales como salicornias, juncos, saladillas y senecios que allí proliferan en condiciones de hipersalinidad.
De nuevo en marcha, en el kilómetro 5,5 la vía verde supera una segunda área de descanso y, progresivamente, se aleja de la laguna rosa por la franja de tierra que separa las lagunas de Torrevieja y La Mata: el anticlinal de El Chaparral; una franja de tierra inhóspita y solitaria de suelo pedregoso capaz de invalidar todo esfuerzo agrícola.
Km. 6,7
Finalmente la vía verde llega a su conclusión en la carretera que a la izquierda se dirige a la localidad de Los Montesinos, regalando unas amplias panorámicas de la laguna de La Mata. Por dicha carretera, apenas unos 300 metros a la derecha, podremos enlazar con el carril bici que va a Torrevieja parejo al carretera CV-90 o acceder al Parque Natural de La Mata por una entrada que impide el paso a los vehículos a motor, y encaramarnos en uno de los puestos de observación que mira a la laguna de La Mata. Desde aquí también podemos seguir, por un camino pegado a la laguna, hasta el Centro de Información del Parque (a unos 6 kms.). De este modo, la vía verde nos ofrece la posibilidad de realizar un recorrido circular sin compartir apenas espacio con los vehículos a motor.
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